LUMBRE COTIDIANA
Por donde huyó la brisa
fue elevando la hoguera su tersura.
No abandono mi vida en esa llama
que encienden los que, invictos, se consumen
junto a ella, perdiendo cada instante
de fundirse en derrotas de lo anónimo.
Si el corazón alzara los abismos
en que mana su fuego, se podría
rasar mi soledad con la intemperie
de las cenizas, con latidos yertos.
Fue disipando el humo su espesura
por donde huyó la brisa.
(de AQUÍ QUEMA LA NIEBLA, 1986)
Lienzo de Leandro Sánchez
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